Qart Hadasht - CARTAGO (Túnez)
Muy
pocos vestigios se pueden apreciar en la actualidad de lo que fuera el gran
emporio de Cartago. Quizá, lo más interesante sean los restos de su antiguo
puerto y atarazanas; una excelente obra de ingeniería que se puede apreciar en
la maqueta de su reconstrucción que he fotografiado. Pero otro de los lugares púnicos
que se encuentra prácticamente intacto es el TOFET, la necrópolis infantil de
Cartago. Caminar por entre la multitud de cipos entremezclados con una
vegetación enfermiza, y entrar en una de las criptas húmedas y mohosas en las
que se hallan más y más enterramientos, es algo que de algún modo estremece por
la ominosa atmósfera que envuelve aquellas tumbas. Y recordar su origen
sacrificial es aún más triste: en momentos de peligro, los cartagineses
inmolaban a los niños y se los ofrecían a Moloch o Molk, dios protector de
Cartago, como ofrenda propiciatoria. El TOFET de Cartago es como un prolongado
aullido silencioso y eterno.
Un paseo por Túnez buscando las huellas de Cartago (año 2012)
Cartago construyó uno de los puertos y atarazanas más importantes de la antigüedad. En la actualidad sólo queda la sombra de lo que fuera aquella compleja construcción. Estas fotografías son una parte de la embocadura del antiguo puerto púnico, a las que he añadido la reconstrucción del mismo que se encuentra en el museo de la ciudad.
Vista ideal de la entrada al puerto.
En primer plano, el edificio que albergaba las dársenas para la reparación y construcción de los barcos de la flota cartaginesa.
A la izquierda, la maqueta con un barco en reparación.
A la derecha, en la actualidad, las ruinas de una de las dársenas.
Parte central del islote, con los vestigios que aún se conservan de las atarazanas y su edificio central
En el TOFET de Cartago
"Los arqueólogos aplican
el término TOFET a las tumbas de incineración con restos
infantiles carbonizados, depositados en urnas, que se han hallado en abundancia en Cartago y otras ciudades
del Mediterráneo occidental bajo su influencia cultural, tales como Motya
(Sicilia), Tharros (Cerdeña), y Hadrumeto / Susa (Túnez).
TOFET se deriva posiblemente del hebreo tof = tambor,
porque se utilizaba el ruido de tambores para ensordecer los llantos de los
niños al ser sacrificados. El
origen más probable de estos restos es el sacrificio ritual (molk), como
ofrenda que los ciudadanos hacían a sus dioses, especialmente en las épocas de
peligro extremo para la ciudad. Mencionaron esta práctica los historiadores Clitarco y Diodoro de Sicilia...” ( http://es.wikipedia.org/wiki/Tofet)
EL DIOS MOLOCH Y EL TOFET
El sacrificio parece ser que se llevaba a cabo de la siguiente manera: en
los templos en los que se rendía culto a Moloch se encontraba una enorme
estatua de bronce del dios. Dicha estatua estaba hueca, y la figura de Moloch
tenía la boca abierta y los brazos extendidos, con las manos juntas y las
palmas hacia arriba, dispuesto a recibir el sacrificio. Dentro de la estatua se
encendía un fuego que se alimentaba continuamente durante el holocausto. En
ocasiones los brazos estaban articulados, de manera que los niños que servían
de sacrificio se depositaban en las manos de la estatua, que por medio de unas
cadenas se levantaban hasta la boca, introduciendo a la víctima dentro del
vientre incandescente del dios. Antes de
que la estatua fuese alimentada con los niños, se inundaba la zona con un
fuerte ruido de flautas y tambores (TOFET), de modo que los gritos y lamentos
no alcanzaban los oídos de la multitud.”
Plutarco ("De Superstitiones”, 171)
Buena colección de imágenes que contribuye a completar la información sobre Cartago, la gran rival de Roma en el Mediterráneo.
ResponderEliminarY estremecedora la historia de los niños sacrificados, si hacemos caso a lo que nos cuenta Plutarco.
Un saludo.
me gustó mucho conocer la leyenda de este dios
ResponderEliminargracias
un abrazo para ti
y por cierto, las imágenes me encantaron
ResponderEliminarGracias a ti, Marga, por tus comentarios. Si te interesa el tema de Cartago, te sugiero que leas las "Guerras de Aníbal" de Polibio (Ed. Gredos).
EliminarSaludos.
Muchas gracias por la recomendación, Petra, lo leeré, no lo dudes.
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