martes, 3 de junio de 2014

Juan Carlos I, ex-rey de España

Un primavera muy movidita, hasta el Rey abdica

Pues sí, lo que menos nos podíamos esperar así, tan de repente, es que al monarca, perdón, ya ex-monarca de todos los españoles (eso dicen algunos) le diera uno de esos prontos primaverales y nos largara, fuera de temporada -lo suyo suelen ser las navidades- un discurso, y además de abdicación. ¡Wállah!.

Y ¡madre mía!, fue anunciarnos que se iba y que ahí nos dejaba de recuerdo a su hijo, nada menos que otro rey Felipe, esta vez el sexto, para que los voceadores de todos los medios y tertulianos de amplio pelaje se lanzaran a una vastísima gama de estragos adulatorios. Menos mal que ya en la tarde sonaron las trompetas tricolores (sí, de tres colores distintos y sin toros de Osborne) y unos cuantos miles de ciudadan@s se presentaron en la Puerta del Sol a reclamar, por derecho y en plan buen rollito, lo que las instituciones les niegan, de hecho: un referendum para decidir si se desea continuar con una monarquía de heredero "porque sí" (¿razones históricas?, ¿divinas?,...) o dar paso a otra manera más acorde con estos tiempos, una república.

Pero ¡ay! ¡qué blasfemia para esa clase "bien pensante"! y cuán rápida la reacción del muy votado presidente de nuestra Comunidad (la de Madrid, por decir algo) que se descuelga en tonos apocalípticos, insinuando guerras civiles, los rojos que vienen, el terrorismo que acecha, y un largo y proceloso etcétera dedicado a las masas antisistema y anarquistas que le invadieron su queridísima Puerta del Sol. A partir de ahí, todo un amplio repertorio de titulares "laudoborbónicos" y álbumes añejos de fotografías de la historia reciente y no tanto, de esa España entre transitoria y ¿democrática? en la prensa de los de siempre, los de "como Dios manda".

¡Qué empacho!. Y por no hablar de las sempiternas tertulias radiofónicas en torno a la figura real o ex-real, ¡vaya usted a saber!. "Y esa campechanía, y ese talante simpático y de proximidad y ese... bla, bla, bla... que tenía su majestad" - ya lo mencionaban como si hubiera desaparecido de escena: ¡ingratos!- "y que el pobrecito de su hijo no tiene". ¡Vaya piropos al futuro monarca!, si hasta le han llamado "soso". Como si las virtudes paternas que tanto alaban y que al parecer no le sobran a su chiquillo fueran el marchamo y bálsamo de fierabrás que nos fuera a curar de esta sangría que nos invade al ciudadano de a pie.

Pooorrr favoorrrr!!! Un poquito de pooorrrr faaavoorrr!!! Esta especie de medio país que nos están dejando, con una crisis montada por los mismos que tutelan las finanzas globales y los políticos que se benefician de ellas, no se merece tanta falsedad de "papel cuché". Primero fueron bodas, bautizos y comuniones "reales", y ahora "abdicaciones" y "coronaciones"... ¡Madre mía!, ¡qué pesadez! Con todos mis respetos a la familia real y a sus incondicionales, y por supuesto, dando las gracias al monarca por sus buenos momentos, que los ha tenido, rogaría, suplicaría, me abriría las venas si fuera necesario, para que esos portentos mediáticos que manejan los medios de comunicación nos dejen en paz y no nos abrumen con tanto opinador sobre "más de lo mismo y de lo mismo más". ¡Gracias, a quien sea que tome nota y haga algo!.