domingo, 30 de diciembre de 2012

Egipto siempre fue para ella un punto de reflexión y una violenta paradoja.
Allí estaba. En la tumba de Nefertari.
Agotada y viendo los restos de un espacio atemporal.
Una estancia diseñada como máquina de eternidad.
Y pensaba en el futuro, en la primavera árabe,
en el lugar en donde siempre colisionan creencias e intereses,
una frontera casi invisible pero infranqueable.



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